Crónicas Misionales

Mensaje de Hermana Anderson

La Tembijokuai

Mayo 2003

Cuando yo llegué a Paraguay como misionera, yo supe que mi llamamiento era por tres años. Muchas veces yo me sentí agobiada con el horario sumamente ocupado. Me recuerdo pensando, "Si puedo hacerlo durante dos años, entonces yo puedo repetir todo durante el tercero lo que hice en el primero. Por consiguiente, todo lo que hice, yo lo preparé al mejor de mi habilidad. Y aquí me encuentro ahora llegando a mi segundo año de misión, he leído muchos de los discursos y lecciones del primer año. Sin embargo, al repasar mis notas, he descubierto que ya no puedo usarlos ¿Por Qué? Porque el nivel de mi espiritualidad ha aumentado y si uso mis viejos materiales, todo el progreso se quedaría atrás. Sin comprenderlo, yo he subido varios pasos en mi escala espiritual.

Hay una necesidad de mejorar constantemente nuestras vidas personales y nuestras técnicas misionales mientras buscamos encontrar a los elegidos del Señor en Paraguay. "Mete tu hoz con toda tu alma" (DyC 31:5) y siempre "Los hombres deben estar anhelosamente consagrados a una causa buena, y hacer muchas cosas de su propia voluntad y efectuar mucha justicia" (Alma 58:27).

Joseph F. Smith dijo, "Nosotros debemos consagrarnos a los deberes de este ministerio, y nosotros debemos esforzarnos con el sumo de nuestras habilidades a fin de calificar para realizar esta labor especifica..."

Esforcémonos por ser misioneros consagrados que sirven valientemente para hacer lo mejor, día tras día. He notado que, al subir yo más alto, tengo una mejor visión. A mi me encanta el consejo de Presidente Hinckley, "Sean mejores. Esto me digo a mi mismo constantemente. Párese erguido. sea un poco más bueno, un poco más fuerte, un poco más pensativo, un poco más humilde, un poco más piadoso, para que usted pueda ser digno de la guía del Señor y de sus bendiciones maravillosas".

Continúen, ustedes misioneros fieles y valientes. Sean misioneros que emparejen nuestro mensaje glorioso. Continúen, subiendo a las nuevas alturas en la escala espiritual, y yo haré lo mismo.

Siempre estoy pensando en ustedes con amor, Hermana Anderson.

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