MENSAJE DE HERMANA ANDERSON
LA TEMBIJOKUAI SEPTIEMBRE 2001
Cuando estuvimos en el CCM (MTC)
preparándonos para este llamamiento en Paraguay, un presidente de Misión
compartió esta historia.
Él estaba conduciendo su vehículo en la
autopista cuando vio a un hombre trabajando en una gran ladera de trigo. Él
hombre estaba cortando el trigo con la hoz y apreciaba estar trabajando muy
eficazmente porque tuvo un campo entero que cortar.
El presidente detuvo su coche al costado de
la autopista para observar. El irlandés se balanceo tres veces con su hoz para
cortar el trigo y luego se detuvo y
afiló su hoz. Todo esto lo hizo en un ritmo constante. . . Se balanceo tres
veces, luego afiló su hoz. . . Se balanceo tres veces luego afiló su hoz, y así
lo hozo sucesivamente. Él sabía que su hoz tenía que ser afilada constantemente
para que su trabajo fuera más eficaz.
Hay una gran lección que podemos aprender
de este irlandés. Nuestra espada necesita estar afilada regularmente o en otras
palabras nuestro testimonio necesita estar siempre fortalecido para que nuestra
obra de cosecha sea eficaz, debemos mantener el filo por el estudio de las
escrituras y la lectura de los libros aprobados para misioneros, los cuales
son: Principios del Evangelio, Una obra maravillosa y un Prodigio, Jesús El
Cristo, Los Artículos de Fe, La Verdad Restaurada. Debemos estudiar
personalmente una hora cada día el evangelio. . . 30 minutos leyendo El Libro
de Mormón y 30 minutos en otras escrituras, libros aceptados, o libro gris. Una
misión de 2 años es igual a 35 años en una clase de Doctrina del Evangelio.
Como misioneros debemos aprender las
verdades, manejar las charlas (lecciones) para enseñar a investigadores y
después el Espíritu puede testificar de la veracidad y dar testimonio del
mensaje. Elder Earl Tingey del departamento misional dijo, “Lo que ocurra
dentro de las 6 a 9 de la mañana formará o deformará al misionero “.
Use las horas de la mañana sensatamente
porque tenemos una gran ladera de trigo para cortar. Que todos nosotros metamos
nuestra hoz con toda nuestra fuerza mientras trabajamos en el campo blanco que
ya está para la ciega. (Doctrina y Convenios 4:4).
Crónicas Misionales
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